YES WE CAN! Conservas caseras y propaganda estadounidense
¡Yes we can! Las palabras de Barack Obama se hicieron eco durante una campaña electoral en los Estados Unidos en 2008. Sin embargo, no fue el primero en sugerir a los estadounidenses que si querían, podían influir en su historia. Décadas antes, en el medio de la guerra, el gobierno de los EE.UU. invitó a sus compatriotas a luchar. Algunos fueron luchar en el frente, y otros combatieron en sus casas, preparando… conservas.
«Yes we can» es un juego de las palabras inglesas donde «can» significa «poder» y «conservar» a la vez, o sea «Sí, podemos« o «Sí, conservamos«. Lo que perfectamente coincide con la propaganda estadounidense de la 2ª Guerra Mundial.
- Es la fiesta del jardín
- Todo se transforma en conservas caseras
- Mujeres en el frente doméstico: los frascos como una arma secreta
- Conservas caseras no son un pan comido
- Conservas caseras en Polonia
- ¿Todavía hambrientos? ¡Os propongo una lectura deliciosa!
Es la fiesta del jardín
La guerra tiene muchas caras. Uno puede luchar en alguna zona de conflicto armado, otro en la comodidad de su hogar. Para liberar suministros de alimentos y entregárselos a los soldados, ya en 1914 el gobierno norteamericano animó a los estadounidenses a establecer los «jardines de guerra». Con el tiempo fueron llamados con orgullo los «jardines de la victoria». Uno de los iniciadores más importantes de este movimiento fue Charles Lathrop Pack. Fue un multimillonario que popularizó este tipo de prácticas entre sus compatriotas. Los ciudadanos debían cultivar sus propias parcelas para independizarse, hasta cierto punto, de los límites estatales a los productos alimenticios. Sin duda, para muchos de ellos la jardinería era algo nuevo. Lucharon con diversas dificultades, como enfermedades de plantas o alimañas omnipresentes. Todo esto influía en los resultados de su trabajo. Sin embargo, si alguien logró cosechar bastante, lo natural era acumularlo para el invierno.
Todo se transforma en conservas caseras
Ciertamente, la conservación resultó ser una solución excelente. Permitía mantener en buen estado el exceso de la producción durante muchos meses. Todas estas actividades, y el juego de jardinero y la conservación de sus frutos, fueron tratadas como socialmente necesarias y expresaban lealtad a la patria. Las campañas de propaganda gubernamental eran a gran escala. Se promovieron todos los métodos para conservar los alimentos durante más tiempo: el secado tradicional y el envasado más moderno. Se creaba carteles coloridos, folletos detallados e instrucciones que fomentaban la conservación de los alimentos. Además, durante la Primera Guerra Mundial aparecieron agentes especiales. Fueron empleados para demostrar a la población las técnicas de procesamiento de bienes naturales. También, se fundaban clubes para entusiastas de conservación.
Más tarde, otro conflicto armado internacional obligó una vez más a las autoridades a recurrir a las conservas caseras. Se establecieron centros donde los estadounidenses podían aprender técnicas de conservación y alquilar equipos útiles en este proceso. Por lo tanto, la propaganda alimentaria produjo los resultados esperados. El auge de la cosecha y la producción de conservas en los EE. UU. durante la Segunda Guerra Mundial fue el año 1943. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) estima que entonces se produjeron ¡aproximadamente 4 mil millones de conservas diversas!
MUJERES EN EL FRENTE DOMÉSTICO: LOS FRASCOS COMO UNA ARMA SECRETA
La mayoría de los hombres estaba fuera de las casas, por lo que eran principalmente las mujeres las que luchaban en el frente doméstico. Así mismo, las amas de casa combatían en sus jardines y cocinas, preparando conservas para invierno. La edición especial de The American Woman’s Cook Book fue llena de los consejos sobre cómo cocinar racionalmente en los tiempos difíciles. Fue una explicación simple y práctica de la recientemente popular (aunque no innovadora) filosofía zero waste, que supone no desperdiciar alimentos y utilizarlos hasta la última migaja.
Las verduras de propia cosecha garantizaban comidas más completas y nutritivas para las personas que permanecían en el país. Al mismo tiempo, la industria alimentaria podía centrarse más en la producción de raciones de alimentos para los soldados que luchaban en el extranjero. Además, las reservas comerciales podían brindar el apoyo necesario a los civiles de los países devastados por la guerra. Es una situación clásica win-win-win. Todos ganan.
CONSERVAS CASERAS NO SON UN PAN COMIDO
Una de las cuestiones que tenían que abordar las amas de casa fue la reglamentación de azúcar. Este excelente y dulce conservante fue un elemento importante de muchas recetas. Para poder obtener una cantidad un poco mayor de lo normal, había que ir a una comisión especial y presentarle un plan detallado de cómo procesar hortalizas.
Fue necesario un poco de esfuerzo para conseguir los productos imprescindibles, pero las complicaciones no terminaban ahí. Los propios procesos de conservación de los alimentos requerían un poco de conocimiento. Todo para que la comida no se convirtió en la última cena de la familia.
Al comienzo, los alimentos con alta acidez se podía pasteurizar fácilmente al baño maría. Este metodo fue útil para diversas frutas, tomates y productos marinados en escabeche. Bastaba con echar unos 5 cm de agua en la olla y meter allí los frascos llenos de conservas. Luego, llevar el agua a ebullición y cocinar entre 10 y 20 minutos. Esto ayudaba a evitar que se estropearan las compotas, mermeladas y encurtidos.
Por otro lado, se propuso la conservación en seco. Los tarros llenos de comida había que meter en el horno y calentar durante 30 minutos a una temperatura de 110-120°C. Sin embargo, para los productos solubles en acidez (incluidas muchas verduras y carnes), debe utilizarse la pasteurización a alta temperatura. Por eso, se recomendaba utilizar un pasteurizador a presión, que permitía una conservación segura. Una conservación incorrecta podía causar la intoxicación por toxina botulínica.
CONSERVAS CASERAS EN POLONIA
En Polonia la tradición de procesar productos de temporada probablemente nunca ha perdido su importancia. Envasar verduras y frutas maduras en frascos es popular desde los albores de la historia. Las recetas evolucionan, a veces incluso revolucionan. Pero el objetivo sigue siendo el mismo: conservar para más tiempo el sabor de los meses cálidos. Hoy en día, las conservas caseras son un regalo único que puede agradar a quien lo recibe en muchos niveles. En primer lugar, tendrá algo delicioso para comer y es posible que también descubra algunas combinaciones de sabores inesperadas. Al mismo tiempo, puede estar seguro de que el donante dedicó su valioso tiempo a preparar dicho obsequio.
¿Y qué tal en los países hispanohablantes? Espero a vuestras opiniones:
Aunque en las tiendas no faltan mermeladas, encurtidos y fermentados ya preparados, solo la comida casera garantiza al 100% la certeza de que comemos lo mejor.
Y AQUÍ OS DEJO UNA RECETA SUPERFÁCIL
Necesitáis solamente 1 ingrediente. Son ciruelas europeas llamadas Quetsche Commune. Parecen ciruelas alemanas, aunque en Polonia las llamamos húngaras. Son pequeñas, dulces y lo único que necesitan es el tiempo.
De dichas ciruelas (conocidas también como German Prune) hay que quitar huesos y después poner las frutas en una olla. Y luego basta con cocinarlos sin agua y sin azúcar. Solamente cocinar a fuego lento hasta que se deshagan y queden dulcitas. Y ya está – ¡la mermelada de ciruelas está hecha!
Estoy segura de que otros tipos de ciruelas pueden dar un efecto parecido. Muchas veces pongo unas ciruelas al sartén para calentarlas un poquito para luego echarlas a la gacha. Se deshagan igualmente y cuanto más tiempo pasan al fuego, más dulces quedan.
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¿Todavía hambrientos? ¡Os propongo una lectura deliciosa!
Aquí los artículos y gráficos interesantes – ¡CLIC!
- Benson, O. H., Home Canning by the One-Period Cold-Pack Method: Taught to Canning Club Members in the Northern and Western States, https://digital.library.unt.edu/ark:/67531/metadc96480/, Waszyngton D. C. 1917, [acceso 07/09/2023].
- Canning history: when propaganda encouraged patriotic preserves, https://www.npr.org/sections/thesalt/2012/08/02/157777834/canning-history-when-propaganda-encouraged-patriotic-preserves, [acceso 07/09/2023].
- Canning through the world wars, https://www.nal.usda.gov/exhibits/ipd/canning/exhibits/show/wartime-canning/world-war-ii, [acceso 07/09/2023].
- Creswell, M. E., Home Canning of Fruits and Vegetables As Taught to Canning Club Members in the Southern States, https://digital.library.unt.edu/ark:/67531/metadc96493/, Waszyngton D. C. 1917, [acceso 07/09/2023].
- Drying Fruits and Vegetables in the Home with Recipes for Cooking, https://digital.library.unt.edu/ark:/67531/metadc96482/, Washington D.C. 1917, [acceso 07/09/2023].
- Food rationing and canning in World War II, https://www.womenshistory.org/articles/food-rationing-and-canning-world-war-ii, [acceso 07/09/2023].
- Home canning don’t…, https://catalog.archives.gov/id/514523?objectPage=2, 1941-1945, [acceso 07/09/2023].
- Housh, C., Preserve, https://www.nal.usda.gov/exhibits/ipd/canning/items/show/53, 1917-1919, [acceso 07/09/2023].
- Parker, A., Of course I can! : I’m patriotic as can be– and ration points won’t worry me!, https://digital.library.unt.edu/ark:/67531/metadc549/, 1944, [acceso 07/09/2023].
- Parker, A., We’ll have lots to eat this winter, won’t we Mother? : grow your own, can your own, https://digital.library.unt.edu/ark:/67531/metadc556/, 1943, acceso 07/09/2023].
- Stanley, L., Stienbarger, M. C., Shank, D. E., Home canning of fruits, vegetables and meats, https://digital.library.unt.edu/ark:/67531/metadc6165/m1/50/, Washington D.C. 1941, [07/09/2023].
- The facts about home food preservation in 1945, https://archive.org/details/CAT31071164/page/n1/mode/2up, 1945, [dostęp z dnia 07/09/2023].
- World War Wednesdays: Can all you can, https://www.thefoodhistorian.com/blog/world-war-wednesdays-can-all-you-can, [acceso 07/09/2023].
- The victory binding of the American Woman’s Cookbook, http://ameshistory.org/content/victory-binding-american-womans-cookbook, [acceso 07/09/2023].
- World War Wednesdays: Can the Kaiser, https://www.thefoodhistorian.com/blog/world-war-wednesday-can-the-kaiser, [acceso 07/09/2023].
- World War Wednesday: Home canning don’ts (1942), https://www.thefoodhistorian.com/blog/world-war-wednesday-home-canning-donts-1942, [acceso 07/09/2023].
- World War Wednesday: The mystery of Carter Housh, https://www.thefoodhistorian.com/blog/world-war-wednesday-the-mystery-of-carter-housh, [acceso 07/09/2023].
- World War Wednesday: The war garden guyed (1918), https://www.thefoodhistorian.com/blog/world-war-wednesday-the-war-garden-guyed-1918, [acceso 07/09/2023].
- World War II rationing on the U.S. homefront, http://www.ameshistory.org/content/world-war-ii-rationing-us-homefront, [acceso 07/09/2023].
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