Willy Wonka y la Fábrica de Chocolate

¿Era Willy Wonka de Noruega? ¿Qué medio de transporte solía utilizar? ¿De dónde surgió la idea de una fábrica de chocolate? Y nosotros, ¿podemos ser como Willy Wonka?

Todo esto y más en un artículo lleno de dulce información del mundo de la literatura, el cine, las fiestas invernales en España y la cocina casera.

1. ¿Quién creó a Willy Wonka?
2. Willy Wonka, Charlie y la fábrica de chocolate
3. Charlie y el gran ascensor de cristal del señor Wonka
4. Willy Wonka y su imperio de chocolate en la gran pantalla
5. Ser como Willy Wonka
6. La breve historia de turrón
7. Dos deliciosas y fáciles recetas de turrón

¿Quién creó a Willy Wonka?

Roald Dahl (1916-1990) fue un escritor galés de raíces noruegas. Trabajó para Shell Oil Company en África. Después, se convirtió en piloto de combate de la Royal Air Force durante la Segunda Guerra Mundial. Y luego, vivió en los Estados Unidos y, como dicen, fue un espía británico. Sin embargo, es su obra literaria la que hace que grandes y pequeños lo recuerden.

Por un lado, estaba muy sereno. Tenía un horario diario estrictamente definido que seguía. Escribía solo en un tipo específico de papel. Y siempre tenía a mano 6 lápices amarillos perfectamente afilados y con una goma de borrar. Sin embargo, por otro lado, tenía una mente abierta y llena de ideas. Sabía jugar con las palabras y crear otras completamente nuevas. En sus obras, «conspiraba con niños contra adultos» y extrajo de su propia vida muchos de los elementos descritos en sus libros. De hecho, su currículum sería suficiente para varias personas. 🙂

Dahl escribió muchas historias para niños (aunque también escribía para adultos), entre ellas: Matilda, El Gran Gigante Bonachón, El Súperzorro o James y el melocotón gigante. Gran parte de ellos fueron ilustrados por Quentin Blake, con quien Dahl empezó a colaborar en 1976. Os cuento que hace poco descubrí a una ilustradora polaca, Kasia Kostecka, que tiene una línea similar a la de Blake. ¡Mirad su perfil!

Willy Wonka, Charlie y la fábrica de chocolate

Roald Dahl era un amante del chocolate. Durante sus años escolares tenía la oportunidad de probar dulces para Cadbury, lo que sin duda influyó en su trabajo. Probablemente, su historia más famosa sea Charlie y la fábrica de chocolate de 1964. Es la historia de un pobre chico llamado Charlie Bucket. El niño ganó un Boleto Dorado. Gracias a él pudo conocer todos los secretos de la fábrica de dulces local del excéntrico fabricante Willy Wonka. Junto con su abuelo, otros cuatro niños y sus familiares, paseó por los interiores deliciosos, conoció a los empleados inusuales y extremadamente musicales, vio las construcciones inolvidables y los manjares sorprendentes. Al leer las descripciones de estos fantásticos dulces, tengo la clara impresión de que J. K. Rowling se inspiró en ellos al crear Sortilegios Weasley. 🙂

¡ATENCIÓN! ¡Spoiler alert!

Cada uno de los que visitaron la fábrica tuvo experiencias diferentes. Pero afortunadamente para Charlie, todo el evento terminó muy bien. Pero leed el resto vosotros mismos. 🙂

Charlie y el gran ascensor de cristal del señor Wonka

Roald Dahl permitió que las aventuras de Charlie y Willy Wonka continuaran. Terminó su primer encuentro con estas palabras:

¡Oh, espera y verás!

Y después de unos años escribió Charlie y el gran ascensor de cristal. Un libro tan retorcido como el propio Sr. Wonka.

La historia comienza con toda la familia de Charlie reunida en el inusual ascensor que el Señor Wonka, el abuelo Joe y Charlie utilizaron para llegar a la casa del niño. Empacar a la familia no fue una tarea fácil. Los abuelos enfermos llevaban años sin levantarse de la cama. Y se mostraban escépticos ante este absurdo medio de transporte de cristal. Después de todo, estaba hecho con la energía de caramelo. En el original: de la energía de azúcar. En la traducción polaca: de azúcar cristal, como llamamos clásico azúcar blanco. Pues como veis, no era nada seguro. 🙂

Una vez que todos estuvieron dentro, el ascensor comenzó a moverse. Se suponía que debía regresar a la fábrica, pero voló demasiado lejos. Los protagonistas aterrizaron en la órbita de la Tierra. Aquí comienzan muchas aventuras en las que participan: los extraterrestres y el presidente de los Estados Unidos (como sabemos por la cinematografía, los marcianos disfrutan del contacto con este pedazo de la Tierra), la niñera presidencial, varias otras personalidades distinguidas y una tripulación de astronautas estadounidenses. Más tarde, la acción gira en torno a sustancias rejuvenecedoras y envejecedoras y una región misteriosa llamada Menoslandia. Si pensabais que el primer libro era un poco abstracto, este está dos niveles por encima.

Willy Wonka y su imperio de chocolate en la gran pantalla

La novela Charlie y la fábrica de chocolate ha tenido dos versiones cinematográficas. La primera de ellas fue llevada al cine pocos años después de la publicación del libro. Allí, el dueño del dulce lugar fue interpretado por Gene Wilder. Y en la siguiente adaptación cinematográfica (2005) fue Johnny Depp quien interpretó este papel. Además, en 2017 se creó una versión animada de la historia, en la que también participaron, conocidos por los dibujos animados, Tom y Jerry. Curiosamente, en ninguna de estas producciones el Sr. Wonka recibió su «pequeña y cuidada barba puntiaguda» que le había regalado Roald Dahl. 🙂

Como suele ocurrir, a menudo las adaptaciones no reflejan fielmente toda la historia del libro. En la producción de 1971, Charlie y el abuelo Joe aprovecharon la situación para beber una de las pociones mágicas, en contra de las órdenes del señor Wonka. Mientras que la película más nueva incluyó una descripción de la infancia del fabricante que no existía en la historia de Dahl. Según el guión, la pasó ​​bajo la tiranía de su desagradable padre dentista, quien le prohibía comer dulces. Una pesadilla, ya sabemos.

Este año ha llegado el turno de un prequel. La peli cuenta la historia de la juventud de Willy (interpretado por Timothée Chalamet) antes de convertirse en un magnate del chocolate. La producción de chocolate puede ser un negocio amargo, pero el joven Wonka persigue obstinadamente su sueño porque:

¡Un trozo de chocolate es el sentido de la vida!

Paisajes mágicos, ideas locas, aventuras exóticas, intrigas y conspiraciones. Y hay fantásticas referencias a la peli de los años 70 de Charlie y la fábrica de chocolate. ¡Todo esto os espera en los cines este diciembre!

Ser como Willy Wonka

Las historias sobre comida suelen darnos hambre. Queremos comer algo tan apetecible como lo que vimos en la pantalla o leímos en un libro. ¡Y que quede tan delicioso como lo imaginamos!

¡Ningún problema! Diciembre es la época perfecta para abrir vuestra propia fábrica de chocolate o simplemente un taller de dulces navideños. 🙂

Me doy cuenta de que cada país tiene sus costumbres y que en cada hogar hay tradiciones que parecen intocables. Willy Wonka pensó de manera similar:

Una persona mayor no me haría caso; no querría aprender. Intentaría hacer las cosas a su manera y no a la mía.

Sin embargo, si queréis aprender, os doy una idea para un postre navideño al estilo español. Pues, los españoles, ya lo tenéis cada año. Quizá hasta la coronilla. Pero os recomiendo ver mis propuestas. 🙂

La breve historia de turrón

El turrón es un manjar clásico español que se sirve durante la Navidad. Es un tipo de dulce elaborado principalmente a base de almendras tostadas, miel y clara de huevo. La idea de prepararlo probablemente llegó a la Península Ibérica desde Oriente Medio durante la Edad Media. Se dice que el rey Carlos V, que reinaba en España en el siglo XVI, era aficionado a este tipo de delicias. Supuestamente, durante el reinado de su hijo, Felipe II, pasaron a formar parte de la mesa navideña y eran un regalo típico de Navidad. La variedad de turrones es bastante amplia. También podéis encontrar una diversidad en Italia, países de América Latina e incluso en las lejanas Filipinas.

El turrón suele tener forma rectangular, por eso parece a una barra de chocolate. Y tradicionalmente hay dos versiones: blando (de Jijona) y duro (de Alicante). Hoy en día podéis encontrar muchas versiones diferentes de este manjar, por lo que cada uno encontrará algo para sí.

La tradición española dicta que para Navidad hay que preparar varios tipos de turrón. Luego, córtalos en trozos y compartirlos con sus seres queridos durante la fiesta. ¡Así que manos a la obra!

Y vosotros, ¿qué preparáis para la Navidad? ¡Espero vuestras propuestas!

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Dos deliciosas y fáciles recetas de turrón

Turrón de chocolate con nueces o cereales inflados

Esta es una receta supersencilla de turrón más básico que podáis imaginar. Además, os permite elegir libremente los ingredientes.

• 200 gramos de chocolate favorito
• 1 cda. de aceite de coco (15 gramos)
• 2 o 3 puños de frutos secos favoritos o cereales inflados
• pizca de sal

Tuesto las nueces en una sartén hasta que empiecen a oler apetitosas. Mientras tanto, derrito el chocolate y el aceite al baño maría. Agrego nueces tostadas (o cereales inflados) y una pizca de sal. Mezclo todo bien y lo pongo en el molde. Aliso suavemente la masa y meto el molde en el frigorífico. Al cabo de unas horas, el turrón está listo para cortar y servir.

Turrón untable a base de almendras tostadas

Esta es mi receta completamente original y os la presento con el orgullo. 😉

• 100 gramos de almendras
• 60 gramos de sirope de agave
• 4 cdas. de agua
• 2 cdas. de jugo de limón
• pizca de sal

Tuesto las almendras en una sartén. Cuando se enfríen, las trituro hasta queden como polvo. Luego, echo otros ingredientes y lo trituro para que se mezclen bien. ¡Listo!

Con dichos ingredientes obtendréis aprox. 180 gramos de esta delicia. Al principio la masa queda un poco líquida, pero con el tiempo se espesa. Es perfecta para comerla a cucharadas o para superponer obleas o pasteles.

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¿Todavía tenéis hambre? ¡Leed los textos deliciosos y los libros locos y además, mirad los videos llenos de dulzura! En polaco, español e inglés.

• Cómo hacer turrón blando de Jijona: el maestro turronero, https://www.youtube.com/watch?v=ittgEXVFqcU, [acceso 15/12/2023].
• ¿Cuál es la diferencia entre el turrón a la piedra y el turrón blando?, https://www.turronesydulces.com/blog/comercio-electronico/cual-es-la-diferencia-entre-el-turron-a-la-piedra-y-el-turron-blando/, [acceso 15/12/2023].
• Dahl R.:
  • BFO, trad. J. Łoziński, ed. Zysk i s-ka, Poznań 2003.
  • Charlie and the chocolate factory, ed. Puffin, 2010.
  • Charlie i fabryka czekolady, trad. J. Łoziński, wyd. Zysk i s-ka, Poznań 2004.
  • Charlie i fabryka czekolady, trad. J. Łoziński, ed. Zysk i s-ka, Poznań 2004.
  • Charlie y la fábrica de chocolate, https://redescolar.ilce.edu.mx/sitios/micrositios/13sep_dia_chocolate/doc/Charly_fabrica-de-chocolate.pdf, [acceso 15/12/2023].
  • Fantastyczny pan Lis, trad. J. Łoziński, ed. Zysk i s-ka, Poznań 2003.
  • James and the giant peach, ed. Collins, 1991.
  • Magiczne lekarstwo George’a, trad. J. Łoziński, ed. Zysk i s-ka, Poznań 2007.
  • Matilda, ed. Puffin, 2013.
  • Fantastyczny pan Lis, trad. M. Arno Jaworowski, ed. Zysk i s-ka, Poznań 2002.
  • Żyrafa, Peli oraz ja, trad. J. Łoziński, ed. Zysk i s-ka, Poznań 2005.
• El Origen del Turrón y su historia, https://turroneslacolmena.com/origen-turron-historia/?fbclid=IwAR2wSzqF48KWPNnDkZNIMoLYQbL93GK2KACJ4PABh6Xn2agRcMwdbNsepMA, [acceso 15/12/2023].
• Información de peli Wonka enFilmweb, https://www.filmweb.pl/film/Wonka-2023-868783, [acceso 15/12/2023].
• Página web oficial de Kasia Kostecka, https://www.ilustracjekasimkosteckiej.pl/, [acceso 15/12/2023].
• Página web oficial de Roald Dahl, https://www.roalddahl.com/, [acceso 15/12/2023].
• Página web oficial de Quentin Balke, https://www.quentinblake.com/, [acceso 15/12/2023].
• Te contamos todo sobre el turrón y sus variedades,  https://www.micasarevista.com/recetas-trucos-cocina/a25356887/turron-variedades/, [acceso 15/12/2023].
• Sturrock D., Road Dahl – mistrz opowieści. Autoryzowana biografia, Kraków 2016.
• Zając M., Konspirując z dziećmi przeciwko dorosłym – Roald Dahl i jego twórczość [en:] Kultura literacka dzieci i młodzieży u progu XXI stulecia, red. J. Papuzińska, G. Leszczyński, Warszawa 2002, págs. 135-148.